No no es ningún juego de palabras, tampoco pretendo tomarte el pelo.
Vivimos en la era de la inflamación
Algunos creen que es la era de la información pero, personalmente, creo que no es así, el descomunal flujo de datos al que tenemos acceso no nos ha hecho ni más sabios, ni más conscientes, ni más sanos que nuestros antepasados paleolíticos.
Nuestros ancestros andaban desnudos, expuestos al sol, cazando y recolectando su comida, y solo activaban su instinto de supervivencia cuando era estrictamente necesario.
Y aquí estamos hoy, tras pandemias varias, la revolución industrial, y otros desastres inducidos por este prepotente y autodenominado homo sápiens, mirando de reojo al vecino(o al compañero de trabajo o a nuestra pareja) o cambiando de acera para no tener que desearle buenos días a algún conocido con el que nunca nos apetece hablar.
Es verdad, no todos somos así, hay gente amable, que siempre tiene la generosidad de dedicarte una palabra o una sonrisa. Aunque pensándolo bien, todos hemos tenido un mal día, o una mala semana. a las mujeres a veces nos lo recuerdan cruelmente….
Pero si dejamos a un lado el síndrome premenstrual, porque las personas en un ambiente similar, ante el mismo reto, podemos llegar a reaccionar de forma muy diferente, ¿depende solo de nuestra mochila emocional?
Parece que la respuesta es NO, hay otro aspecto que condiciona nuestro comportamiento y nuestro estado de ánimo: el eje HHA, el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal.
El estrés
El eje del estrés también conocido como eje HHA (eje hipotalámico-hipofisario-adrenal), acciona una serie de señales bioquímicas que tienen por objetivo asegurar nuestra supervivencia ante una amenaza vital. Lamentablemente no es demasiado útil cuando esa amenaza vital es: un atasco que nos impide llegar a tiempo al trabajo, problemas económicos, un bache sentimental o montar en una montaña rusa.
La inflamación de bajo grado y el comportamiento psicosocial
La inflamación es un problema de salud enorme, que afecta a un elevado porcentaje de personas, mermando nuestra calidad de vida y predisponiéndonos a un gran número de enfermedades degenerativas y autoinmunes.
El aumento de citoquinas pro-inflamatorias genera la activación del eje adrenal, también las toxinas que producen algunos patógenos como el Helicobacter Pylori, la bacteria E. Coli o la Cándidiasis.
Ante una situación inflamatoria persistente, el hígado es incapaz de metabolizar el exceso de substancias químicas, que llegar del intestino: toxinas y hormonas (que se reabsorven debido a la alteración en la microbiota).
Una persona inflamada sufre un proceso de estrés crónico, este estado de hiperactividad de la respuesta inmune y del eje adrenal, modifica su conducta psicosocial:
Aislamiento social
Incapacidad para comunicarse
Mayor confrontación con las personas del entorno
Percepción de estar perdiendo estatus social
Por eso no es nada descabellado preguntarnos cuando estamos de mal humor, si en realidad no estamos sufriendo un proceso inflamatorio silente, que esta activando nuestro eje adrenal, o tal vez una disbiosis intestinal que genera la reabsorción de estrógenos a nivel intestinal, aumentando esa irritabilidad tan característica….
Resolver la inflamación de bajo grado
Para revertir esta situación es necesario entender el origen del problema y resolver el estado inflamatorio, la terapia psicológica es insuficiente en este caso.
Para recuperar el bienestar emocional del paciente es necesario activar el córtex pre-frontal y frenar la hiperactividad de la amígdala cerebral:
Entender la causa de la inflamación de bajo grado, localizar los focos y resolverlos.
Ejercicios de respiración consciente: PRANAYAMAS
Meditación y mindfulness
Mejorar la sensibilidad de los receptores de cortisol: Ejercicio de alta intensidad y corta duración (HIIT)
Ayuno de 12h por la noche: regular la energía para mejorar la respuesta del sistema inmune
Evitar el consumo de tóxicos y fármacos antiinflamatorios que cronifican los síntomas
Dieta y estilo de vida que potencie la resolución de la inflamación: RESOLIÓMICA
Respetar los ritmos circadianos y el descanso nocturno
En la próxima entrada te cuento más sobre el proceso inflamatorio y la alimentación Resoliómica
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