El pasado día 2 de enero di positivo de Covid 19 en un auto test de antígenos.

Empecé el primer día del año, como es tradición en el litoral catalán, bañándome en el mar. Fue al caer el sol que me di cuenta de que tenia fiebre «Descansaré esta noche y mañana estaré bien».

Pero al día siguiente seguía con algo de fiebre y dolor en las articulaciones. Llame al 061, expliqué la situación, me dijeron que los síntomas eran compatibles con covid y que debía quedarme en casa una semana por prevención.

 

 

Le pregunté por el test de diagnóstico:

– debes comprarlo tú, en el CAP ya no hacen la prueba

– ¿en serio, no me dais otra opción?, ¿y si no me puedo permitir comprar un test?

– entonces será mejor que preguntes a tu mutua si pueden hacerte la prueba (Yo no tengo mutua)

En realidad los centros de asistencia si hacen test de antígenos, pero según una enfermera de mi CAP con la que hablé después, las personas que no pueden pagarse el test, a veces deben esperar varios días debido a la saturación de los centros.

Fui a la farmacia y me compré el test, que dio positivo. Llamé por segunda vez al 061, esta vez me informaron bien de los protocolos,
  • 7 días en casa

  • No estás obligada a hacerte un segundo test para reincorporarte al trabajo

  • Como ya has dado positivo en el autotest no te haremos PCR y tampoco podrás obtener pasaporte Covid

«Y si me salto el confinamiento, tomo un tren, voy hasta un laboratorio y pago la PCR de mi bolsillo, ¿tendría derecho a certificado?, «No lo recomendamos, pero si el laboratorio está integrado en el sistema de salud, sí tendrías certificado».

Han pasado dos días, apenas he tenido fiebre, dolor muscular y un poco de dolor de cabeza, sobre todo por las conversaciones con los técnicos de «Sanitat Respon».

La enfermera de mi CAP me explicó que la nueva variante en general da síntomas leves, pero que aun así están saturados y que cada vez tiene más reclamaciones por la gestión sanitaria que se está haciendo.

Cuando llegó la pandemia nuestros dirigentes llevaban ya muchos años tratando de desmontar el sistema de salud público (entre otros sistemas públicos), dos años después parece que la filosofía no ha cambiado, no se ha corregido la tendencia neoliberal de forzar a los ciudadanos a pagar los servicios básicos, aunque en realidad ya lo estemos haciendo: CON NUESTROS IMPUESTOS.

Vivimos en una sociedad donde la salud es un negocio, no un derecho fundamental, donde los medicamentos se publicitan en la televisión pública sin ningún pudor, y lo mismo sucede con productos procesados, repletos de aditivos, azúcares y sin ningún valor nutricional que aparecen en prime time y en horario infantil.

Los medios de comunicación públicos se financian con nuestros impuestos, y deberían ser una herramienta de información, de educación, de nexo social. No deberíamos permitir que se instrumentalicen para mentirnos, confundirnos, dividirnos o asustarnos.

Desde que empezó esta nueva ola (la 6ª creo) sabía que solo era cuestión de tiempo que me contagiara. Esa fue la principal razón que me llevó a escribir un documento que pudiese ayudar a las personas (vacunadas o no) a cuidar de su salud para hacer frente a la pandemia y a los efectos secundarios de las vacunas:

Alimentación y Estilo de Vida frente al Covid19 y la Vacunación Masiva

 

 

Os dejo el enlace por aquí, con la esperanza de que entre todos cerremos este gris capítulo y podamos escribir una nueva historia común.